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Un pequeño pueblo ubicado en el caribe sur de Costa Rica, justo en la frontera con Panamá, en la provincia de Limón, y que lleva el nombre de Puerto Viejo, es el rinconcito del mundo donde la amargura o las malas caras no existen. La negatividad está prohibida en este paradisíaco lugar.
Está bañado por idílicas playas (Negra, Cocles, Chiquita, Punta Uva y Manzanillo). Paraísos de arena blanca donde la naturaleza salvaje se fusiona con el oleaje del mar, donde tendrás la sensación de que el tiempo se para y que lo único que importa es lo que está ante tus ojos: el paisaje. Además el relax, el ambiente multicultural, el surf, las fiestas… son los ingredientes de la auténtica “pura vida”, que atrapa a todo aquel que se atreve a visitar este exótico pueblo caribeño de Costa Rica. “Pura vida”, es una expresión habitual en el país centroamericano, que se suele usar como saludo o despedida o para expresar conformidad. Dos palabras que se han convertido en la seña de identidad de Costa Rica, en una marca turística que si la utiliza te harán sentir como un nativo.
En los rincones de Puerto Viejo podremos disfrutar de bares, restaurantes, distintas actividades (el surf es la principal), paseos, puestos de artesanía, tiendas de ropa y accesorios, animales, vegetación y mucha música. Si te gusta el reggae, Puerto Viejo es tu lugar en el mundo. En todas las esquinas se respira música. El reggae es parte de su cultura y de un estilo de vida muy marcado.
El pueblo alberga cada año competiciones de surf. La Salsa Brava es la ola más feroz de Puerto Viejo, pocos logran montarla y son muchos los que salen heridos tras intentarlo. Pero si prefieres menos riesgo, otras actividades de aventura que se pueden realizar son el rafting, buceo, natación y senderismo. Además, la mayoría de las personas se mueven en bicicleta, ya que la zona es fácil de transitar. El camino entre las diferentes playas también se puede hacer en bici.
Si quieres disfrutar de la naturaleza más salvaje, puedes visitar el Parque Nacional Cahuita, está a unos 20 minutos de Puerto Viejo en microbús. Hay varios tipos de flora y fauna: cocoteros, animales salvajes, selvas al pie del mar y especies exóticas como el ibis verde o el martín pescador. Y lo mejor es que desde el sendero se puede acceder a una maravillosa playa.
Muchos extranjeros de nacionalidad española, argentina, alemana, han montado negocios en este tranquilo pueblo cansados de sus rutinarias vidas. También conviven los dos pueblos indígenas más numerosos del país: los bribris y los cabecar.
El aislamiento es lo que ha permitido conservar la autenticidad de Puerto Viejo, preservando así uno de los encantos más puros de Costa Rica. Una riqueza paisajística a la que hay que añadir la cultural y la amabilidad de sus pobladores. Todo en Puerto Viejo irradia paz.
¿Conoces otro lugar paradisíaco donde perderse, querid@?
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