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Para l@s que disfrutan cambiando su aspecto en estos días de lujuria con esta festividad “pagana, idólatra y diabólica” que es el Carnaval, vamos a hacer un poquito de historia.
El Carnaval, para algunos, es una fiesta de origen pagano que se remonta a los tiempos de la antigua Grecia y Roma. Primero se celebraron las fiestas dionisíacas griegas y después las romanas entre las que estaban las Carnalias que se hacían en honor a Saturno, las Bacanales referentes al dios Baco del vino y las Lupercales al dios pan.
Durante las bacanales, a Baco se le cantaba el Ditirambo; el coro que lo hacía iba disfrazado de sátiro y frente a él aparecía el sacerdote del dios conduciendo un barco sobre ruedas al que llamaban «carrus navalis» (carro marino o naval), y que los romanos pronunciaban «car navalis».
Para otros, carnaval viene del latín vulgar carne-levare, que significa “abandonar la carne”, recomendación que nos hace la Iglesia Católica y que se remonta a la Edad Media, y hay que llevar a cabo durante los viernes de Cuaresma.
Pero existe otra etimología para el ámbito popular que se refiere a carnaval como palabra procedente del italiano “carnevale”. Y es que aunque ya se usaban máscaras en el antiguo Egipto, en Grecia o en el teatro japonés, fue en Italia donde se adoptó la careta de forma general para esta fiesta.
Otra de las teorías apunta al Rey Momo que deriva del dios griego del mismo nombre y es la figura representativa del carnaval, sobre todo en países de América Latina, como Brasil. El Rey Momo ya era conocido en el Imperio Romano como símbolo de lascivia, gula, orgías, fiestas desenfrenadas…
El término Momo tiene su origen en Moloc, divinidad pagana venerada por los Amonitas. En los rituales, los adoradores usaban máscaras y bailaban alrededor de su ídolo y mientras lo hacían gritaban “carne a Baal”, de donde se supone que se acuña el término carnaval. Momo significa gesto, figura, burla o mofa ridícula, de ahí que la celebración esté cargada de disfraces, excitantes cantos, excesos y mucha lujuria.
Tanta teoría dispar se resume en que para algunos la fiesta existía mucho antes de que la Iglesia la adaptara a sus necesidades adoctrinadoras, y otros defienden que el carnaval es una celebración única y exclusivamente de raigambre cristiana y que no es continuidad de nada previo.
En cada esquina del planeta (y eso que es redondo y achatado por los Polos) se celebra el Carnaval de distinto modo. Los más famosos son los carnavales de Río de Janeiro en Brasil, el Mardi Gras de Nueva Orleans E.E.U.U., el de Venecia y, como no, el de Tenerife, Cádiz y Galicia, por la parte que nos toca.
Así que tenemos por delante unos cuantos días de celebración a lo grande, en los que casi todo está permitido. Lo bueno es que vamos de incógnito, disfrazad@s, con el rostro tapado y así salvaguardamos nuestro anonimato para disfrutar de ese tiempo de euforia y relajación de las prohibiciones en la sociedad.
Carmen Blue
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