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«Casta» una palabra muy de moda ahora, al parecer, la mas usada en 2014 en hashtags y etiquetas. Cuando escucho esa palabra lo primero que me viene a la mente es la imagen de Vicente Ferrer, ese gran hombre y su férrea defensa de los derechos humanos, de los desheredados, los intocables, la casta más baja en la India.
Lo segundo, «las castas toas» de todas las castas de todos los políticos que se creen por encima del bien y del mal y de quien los votan y depositan su confianza y el futuro de nuestra nación entera. No voy a pedir perdón por el tonillo irónico que me sale, porque me sale del alma y de la indignación.
Mi padre me enseñó que votar no sólo es un derecho, también es una obligación y tengo tantas dudas y tal es la desconfianza que no se para donde mirar y tengo también la vaga impresión de que la mayoría de nosotros andamos igual.
Así que vamos a ver que se cuece políticamente en estos momentos. Tenemos tres gordos y un destacado en la «talega» o al menos es lo que me parece a mi.
El Psoe parece que no se entera y en vez de presentar una imagen de unión y fortaleza, se dedica a pelear por el liderazgo del partido. Sanchez intenta parecer un tipo divertido y cercano haciendo rápel en el programa Planeta Calleja mientras por detrás otros miembros relevantes de su partido hacen quedadas a hurtadillas con Pablo Iglesias, justo en el momento en el que todas las encuestas lo posicionan por debajo de Podemos en intención de voto. Lo curioso es que los dos partidos siendo de izquierdas hayan negado varias veces la posibilidad de pactar.
El PP, centra su discurso en dos puntos: uno colgarse medallas, según ellos han resuelto la situación de crisis como si en el origen de la misma no hubieran tenido ninguna responsabilidad, olvidándose además de que hemos sido nosotros los que hemos pagado los platos rotos sufriendo su política de austeridad de ordeno y mando, y dos meternos miedo con eso de «que viene el lobo» refiriéndose a Podemos, su mayor oponente.
100.000 personas en la calle el día 31 de Enero avalan el posicionamiento de Podemos, esta demostración de fuerza es la mejor de las maneras de presentar cara al bipartidismo de este país, y la mayor propaganda electoral para atraer a nuevos miembros. Pero aunque estoy tan indignada como ellos, hay cosas que me inquietan, no se si serán de verdad capaces o si al final se convertirán en otra casta, la de los opresores, como «esos» que hablan con pajarillos muertos. Tienen grandes posibilidades de estar en el gobierno pero, ¿Serán capaces de llevar a cabo su programa electoral?
Imagen: Metroscopia
Tras los tres gordos tenemos «el destacado», un partido de centro, nacido en Cataluña, no nacionalista, que ha pasado de 2.000 a 10.600 afiliados y 70.000 simpatizantes en este ultimo año, multiplicando por 5 su crecimiento. Ciudadanos, consiguió en su primera prueba de fuerza dos eurodiputados y un gran número de votos en Madrid, y su líder, Albert Rivera es actualmente uno de los políticos mejor valorados en España según los sondeos. En Mayo presentará 700 candidaturas a las municipales. Estaremos atentos a sus movimientos pues parece ser que es potencialmente el único que podrá en un futuro próximo plantar cara a Pablo Iglesias.
La presión de Podemos y el partido de Albert Rivera está afectando directamente a una Izquierda Unida con una fragmentación interna difícil de solventar y a UPyD, los dos por debajo de Ciudadanos tres puntos.
Este año se presenta realmente interesante a nivel político, con muchas elecciones en el camino. Habrá que seguir a los partidos muy de cerca para ir tomando decisiones, aunque debemos de tener mucho cuidado a la hora de elegir porque hay algo que no podremos cambiar al menos por ahora, el mayor problema es que ésta casta nuestra política, también es una casta intocable, llevan blindándose desde hace años para que nadie pueda hacer nada, meterlos en la cárcel ni echarlos de los puestos que ocupan, y en caso de tener que dimitir, hacerlo con todas las garantías que les da tener comprado un asiento de primer nivel en una de esas compañías beneficiarias de sus firmas. Y si algún juez tiene las santas narices de plantarles cara e ir a por ellos, ya sabe a lo que se expone.
Así que atentos todos porque aunque estemos indignados o decepcionados, el futuro más que nunca va a depender de nosotros, de nuestra elección, de nuestro voto, son épocas de cambios importantes, tenemos que involucrarnos y luchar por lo nuestro, por la democracia que pelearon nuestros padres, nuestros derechos y la de nuestros hijos.
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