Dime, ¿cómo se amaestra una pulga?

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Fácil; coges una quesera e introduces la pulga en ella, ¿Qué hará la pulga? Saltar. Cuando se de en la chota varias veces, dejará de hacerlo.  Ahora ya puedes levantar la tapa, la pulga no saltará más allá de la linea del cristal.

Empequeñecer a la persona es la mejor forma de amaestrarla: “Eres un inútil, un tonto, un torpe, tu no sabes, no lo hagas”. A veces ocurre casi sin darnos cuenta, escuchamos estas frases en la infancia demasiadas veces. Son “cocotazos” en la cabeza, como la pulga contra el cristal. El niño acaba creyendo que es cierto. De ahí la importancia de la influencia de los padres y profesores en la educación emocional de los hijos.

Más tarde, en la juventud, cuando nuestra mente está en plena ebullición, y la rebeldía se alinea con la pasión es cuando luchamos por romper el cristal o simplemente obviarlo.

“Tu no puedes, es muy difícil, no es el momento, no tienes capacidad”.

quesera-cristalAsí es como matamos los sueños, las ganas de hacer algo, los proyectos, las ideas, el pensamiento creativo. A veces lo escuchamos de boca de terceros; un familiar, un amigo, tu pareja, pero la peor quesera es la que nos ponemos nosotros mismos, la duda, el miedo y el escepticismo siempre encontrará una justificación para no dejarnos saltar, “autoamaestrarse” con limitaciones muchas veces absurdas es la forma más efectiva de matar nuestra potencialidad y nos llevará a una vida insulsa, triste y mediocre.

Pero, volvamos a la pulga…

No tiene alas, pero vuela, ¡y de qué manera! Es capaz de saltar 350 veces la longitud de su cuerpo a una velocidad de 1,9 metros por segundo. No se cuestiona su capacidad, simplemente lo hace. La pulga amaestrada no tiene problemas en sus patas a la hora de saltar, la «distrofia» está en su mente. Tener confianza en nuestras posibilidades genera una expectativa de éxito razonable.

En cuanto aterriza, la pulga se prepara para dar otro salto, puede realizar unos 600 en una hora. Si intentas alcanzar una meta y no lo consigues, cambia el camino, la estrategia, la metodología, pero nunca dejes de intentarlo.

Se impulsa con los dedos de sus pies. Para ello trasmiten la energía que se encuentra en el tórax a través de sus patas, que actúan como palancas. Es muy importante aprender a gestionar de manera adecuada nuestras emociones. Y por supuesto tener fe.

“Tanto si crees que puedes como si no, estás en lo cierto” (Henry Ford)

Mantén tu optimismo y tu alegría, y cuidado con los conflictos, procura descubrir y poner nombre a tus emociones negativas para poder afrontarlas, elegir tus batallas con sabiduría y no malgastar tu energía. No eres perfecto, y no tienes porque serlo, buscar la perfección genera una sensación persistente de fracaso en lugar de disfrutar de lo que has sido capaz de hacer.

Hay una frase que leí hace algún tiempo y me encanta: «Una cosa que tienes y que sólo tu tienes eres tu mismo»,  ¡Cuídate!

y.ro miniY. Ro

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