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El 16 de octubre de cada año, se celebra el Día Mundial de la Alimentación, proclamado en 1979 por la Organización de las Naciones Unidaspara la Agricultura y Alimentación (FAO). Precisamente la fecha elegida coincide con la de la fundación de la FAO en 1945. Desde que se instauró se ha desarrollado cada año en más de 150 países con el objetivo principal de concienciar a los pueblos del mundo sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza.
El lema para el Día Mundial de la Alimentación 2016 es “El clima está cambiando. La alimentación y la agricultura también”.
En los últimos años el mayor reto que se plantea en esta fecha es acabar con las consecuencias negativas que tiene el cambio climático sobre la alimentación. Las personas más pobres del mundo, sobre todo en países poco desarrollados se dedican a la agricultura o la pesca. Ellos son los más afectados por el cambio que sufre el planeta que traen consigo altas temperaturas y aumento de la frecuencia de desastres relacionados con el clima. A esto hay que añadirle el crecimiento de la población mundial que se espera que llegue a 9 600 millones de personas en 2050.
Para poder hacer frente a tal demanda es necesario adaptar los sistemas agrícolas, de pesca y de explotación alimentaria en general, a las nuevas condiciones climáticas, al mismo tiempo que garantizamos el bienestar de los ecosistemas.
Para ello se deben adoptar prácticas en las que los recursos naturales se utilicen con consciencia mediante una serie de iniciativas como mejor recolección, almacenamiento, embalaje, transporte, infraestructuras y mecanismos de mercado, así como la adopción de marcos institucionales y legales que apoyen estos cambios.
Por último, un dato alarmante: más de un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierde o desperdicia (una cantidad de 1 .300 millones de toneladas al año). ¡Alucinante!
Además de lo que nos tiene que hacer reflexionar este dato sobre el hambre en el mundo, hay que añadir que el metano emitido por los alimentos en descomposición es 25 veces más potente que el dióxido de carbono. Contaminación pura.
Así que, aprovechando este día, hagamos una reflexión: pensemos en el futuro del planeta, en el de las personas que no cuentan con nuestros recursos y en intentar cambiar los malos hábitos para construir un mundo mejor.
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