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El excampeón olímpico y expadrastro de las Kardashian ha dado el campanazo. Una foto en la portada de Vanity Fair nos muestra su transformación de Bruce Jenner a Caitlyn Jenner.
El mismo que en 1976 ganó la medalla de oro en los juegos olímpicos, tuvo la valentía de enfrentarse a sus deseos más profundos, aquellos que no le dejaban vivir siendo la persona que él sentía ser en su interior.
Para las personas que han nacido en cuerpos equivocados la vida no es un camino de rosas, sobre todo si cargan con ese secreto. El caso de Bruce, ahora Caitlyn, ha sido un proceso de cambio lento, una transformación cuya evolución es visible debido a sus múltiples apariciones en los medios. Pensar que lo tiene más fácil por el hecho de ocupar una posición privilegiada al tratarse de un famoso y además padrastro de una de las sex symbol más mediáticas de este siglo, Kim Kardashian, es un error.
Claro que el dinero ayuda, ya que puedes costearte todas las operaciones y tratamientos, sin embargo, psicológicamente sigue siendo complicado. Además el hecho de ser famoso te lleva a pasearte por los platós, a aceptar entrevistas en las que sabes que no van a faltar las preguntas sobre tu “problema”. Por eso no debe ser fácil enfrentarse a las cámaras con el miedo de ser discriminado y juzgado por miles de espectadores, aunque te paguen mucho dinero.
Desvelar un secreto tan íntimo como este, salir de esa jaula para enfrentarte al mundo, desde luego no puede ser psicológicamente fácil. Pero Bruce lo hizo, confesó en una entrevista que ya era una mujer completa a todos los efectos, y ahora es Caitlyn. Para ello fue indispensable el apoyo de todo su entorno, sobre todo de su familia. Y ese apoyo se hizo también público en una entrevista a su hijastra Kim Kardashian, quien declaró estar al 100% con Caitlyn.
En la portada del mes de Junio de la revista Vanity Fair, donde Caitlyn Jenner hace su debut a cargo de la fotógrafa Annie Leibovitz, aparece radiante y repleta de glamour, muy coqueta luciendo un simple corsé blanco que marca sus nuevas curvas de mujer, acentuadas por su larga y ondulada melena. Su rostro también muestra sus nuevas facciones femeninas, después de haberse sometido a una cirugía plástica para eliminar los rasgos masculinos.
Caitlyn ya es 100% mujer, por dentro y por fuera. Al fin es libre.
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