Archivo de la etiqueta: receta

COCHINILLO DE SEMANA SANTA

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Aprovechando que el otro día mi hija Rebeca, en un alarde de buen hacer y fino estilo, me pidió que le hiciera Merluza en Salsa verde (¿de dónde le vendrá lo sutil?) y que casi estamos en Semana Santa, como de soslayo, voy a plantaros en los reales una fácil y jugosa receta que viene que ni pintada para estas ocasiones… Cochinillo Asado.

Lo primero que tenemos que coger es un cochinillo que no haya catado mucho más que leche de su mamasita y algo de finas hierbas (ya se sabe que somos lo que comemos, con lo que el sabor de la pieza que queremos hacer se resentiría si se hubiera inflado a piensos y a bollería industrial variada). Como mucho 3 ó 4 kilos. Si llegase a superar los 200 ó 300 casi seguro que no nos cabe en el horno de casa. Sigue leyendo

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

GUISO DE PATATAS Y ATÚN CON UN LINDO MAJADO

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Casi como si un Marcel Proust se tratara en busca de mi particular tiempo perdido, me andaba yo el otro día elaborando un pequeño tentempié cuando recordé (nuestra memoria olfativa es así) uno de esos olores de niñez que nos transporta y casi anonada por lo real. Además, ese olor lo recuerdo subiendo las escaleras de mi casa, aturdiéndome y no sé aún bien el porqué. Pero ocurría (y ocurre).

Y ahora en estos tiempos de esferificaciones, deconstrucciones y similares, un sempiterno guiso patatil me atraía desde lo más telúrico de mi yo interior. Modesto y todo lo rotundo y elaborado que nos apetezca; de hecho, el atún que uso para el guiso es de lata, así que a partir de ahí… Sigue leyendo

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

DOS RODABALLOS Y UN DESTINO

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Estaba el otro día retozando en casa cuando me llamaron al móvil (maldito artilugio) y mi amigo el pequeñín me comentó que en la Plaza de La Línea vendían Psetta maxima o Scophthalmus maximus a 20 lirios el kilo en canal. Como es lógico, inmediatamente le dije que o lo compraba o perdíamos las amistades (Yolanda también le azuzaba por detrás, que conste) y que ya veríamos la forma o manera de hacer justicia a un bicho con un nombre tan feo.

Porque, entre otras cosas, pensad que lo normal es que a un nombre tan horroroso corresponda un manjar en extremo apetecible. En nuestro caso, rodaballo. Y además, no era de vivero, sino salvaje. Y es que con estos bichos pasa como con la lubina, que nunca está mal la de vivero y ración, pero que donde esté la salvaje con una grasita tan peculiar a la par que sana, que se quiten las demás. Al final nuestro nuevo amigo aportó 3 kilos y medio de ambrosía. Sigue leyendo

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

RAPE A LA CAZUELA

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Lo que me fastidia de estas fiestas en las que nos sumergimos es la necesidad de comer y comer, de tirar, despilfarrar y emborracharnos por Decreto-Ley (esto es un guiño a mis alumnas). Por no hablar de la cuestión ideológica, espiritual o de esos ataques pseudo-místicos que hacen que auténticos animales de carga (de uno y otro sexo) se “transformen” en corderitos con expresión de arrobo infinito y entonación constante de ese subproducto llamado villancico. Por eso, mi receta no va a ir de un plato en el que nos tengamos que dejar medio sueldo o comprar productos exóticos, que además sólo vemos en estas fechas. He dicho. Sigue leyendo

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Casi carpaccio de corzo

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Como nos vamos aproximando a una época en la que queda bien eso del cuchareo y el guisote, voy a hablar de un plato de caza pero a medias,- un sí es-no es-, porque la carne de corzo, aun siendo de monte es de lo más fino que en el monte nos podemos encontrar, salvo una pija de Madrid que se perdió por Jimena hace un año o dos y que todavía sigue por allí.
La cuestión es que no tiene el sabor tan acusado, tan peculiar y a veces desagradable, que tienen los venados, jabalíes o Inspectores de Hacienda que habitan nuestros campos patrios, pero a la vez está dotado de un aroma peculiar y de una delicadeza que no le va a la zaga. Sigue leyendo

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Txangurro con ínfulas

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Para empezar he de reconocer que la receta no se llama así. De hecho es a la donostiarra, pero es mi columna y o jugamos así o me llevo la pelota.

Txangurro no es realmente un bichito marino, sino más bien una preparación entre varias opciones, a cuál más apetitosa. A mí, personal y ontológicamente, me gusta más con centollo, pero veremos (y ojalá catemos) que en la variedad está el gusto.

Para empezar, cogemos el centollo, que tiene dos variedades, a saber: macho o hembra (son pocos los casos documentados de hermafroditismo entre la población centolleril) y cada uno tiene sus ventajas. Si tenemos a una linda hembra de centollo podremos apreciar uno de los más ricos manjares con que nos puede obsequiar nuestra naturaleza: las huevas de centolla. Si, por el contrario tenemos un ejemplar macho, apreciaremos sobre todas las cosas la carne de las pinzas, que serán mayores cuanto más chulo sea el finado bicho. Procedemos al ritual de la cocción, acompañado de la suficiente sal como para sacarlo sabroso, pero sin pasarnos (si le faltan patas, es mejor cerrar el boquete con miga de pan o papel de aluminio para evitar la pérdida de la carne). Sigue leyendo

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone