La niña melosa, dulce, simpática, risueña y milagrosa, la niña de las niñas, la que nos hizo llorar, palidecer de pena, el amor puro y duro, ha vuelto. Si, Heidi, la hija de las montañas, la nieta del abuelito, la sufridora de la señorita Rottenmeir, la sanadora de Clara, la paralítica, la amiga incondicional del brutote de Pedro, la angelical pequeña que jugaba con las cabritas, la pequeña que abrazaba al gran Niebla, el perro bobalicón y borrachín que se ganaba el jornal tumbado y durmiendo durante toda la serie, ha vuelto, para quedarse en el Canal Panda.
El regreso de Heidi
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