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Esta 87 edición de los Premios Óscar no será recordada por un selfie, como la anterior, ni tampoco como la más divertida, a pesar de los esfuerzos del presentador, Neil Patrick Harris, saliendo en paños menores. Una copia, por otra parte, de la gala española de los Goya, en la que Rovira hizo lo propio pero con más estilo y elegancia.
Si hay que recordarla por algo, será por los discursos emocionantes y reivindicativos de algunos de sus premiados, que han aprovechado el altavoz que da una ceremonia vista en todos los rincones del mundo para convertirse en abanderados de distintas causas.
Patricia Arquette, Óscar a la mejor actriz de reparto por “Boyhood”, llevaba el discurso preparado, así que sacó el papel y leyó el alegato por la igualdad de derechos de las mujeres, denunciando el machismo que impera en Hollywood y en Estados Unidos:
«A cada mujer que ha dado a luz, a cada contribuyente y ciudadano de esta nación: hemos peleado por que todo el mundo tenga los mismos derechos. Es nuestro momento de tener igualdad salarial de una vez por todas y derechos iguales para todas las mujeres en los Estados Unidos de América».
Meryl Streep y Jennifer López aplaudían entusiasmadas sus palabras.
Alejandro González Iñárritu se dirigió a sus compatriotas mexicanos para decirles que reza por encontrar para su país «el gobierno que queremos», en clara alusión a la oleada de violencia y corrupción y a la desaparición de los 43 estudiantes de Iguala. Además ha pedido a EEUU que trate con dignidad a los inmigrantes ya que el país americano es una nación de inmigrantes.
Common y John Legend, los dos músicos que han ganado el Óscar por su canción “Glory”, han hecho un alegato contra el racismo, abogando por la unidad «sin que importe la raza, la religión, la orientación sexual o el estatus social», recordando que «la lucha por la justicia sigue viva» y que «hoy hay más negros encarcelados en Estados Unidos que esclavos en 1850».
Las palabras pronunciadas por Graham Moore, Óscar al mejor guion adaptado por “The Imitation Game” quedarán para la historia. El guionista ha realizado una conmovedora confesión al recoger su estatuilla por la cinta que cuenta la historia del brillante matemático británico Alan Turing, que fue condenado por su homosexualidad:
“Cuando tenía 16 años, me intenté suicidar porque me sentía un bicho raro, alguien muy diferente a los demás, que no encajaba. Pero ahora estoy aquí. Así que me gustaría que este momento fuera para ese chico o chica que se siente raro o que nota que es diferente a los demás o que cree que no encaja. Encajarás. Te prometo que lo harás”.
Y concluyó con una poderosa frase: “Sé raro. Sé diferente”, “Stay wierd. Stay different.” que se convirtió en trending topic en Twitter.
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