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La hormona que genera el crecimiento de la barba, el pelo en pecho (y más allá), la espalda ancha, la distribución de la musculatura, la que provee de color las mejillas, impulsa el coraje, excita a los varones cuando ven a una chica guapa, la que es fundamental en la creación de espermatozoides y define los rasgos masculinos en un hombre, el jugo de la masculinidad, es la testosterona.
Seguro que todas os habréis dado cuenta (y todos lo tenéis que reconocer) de que hay días en los que ellos tampoco tienen ganas de salir ni de hablar, están serios todo el día y se enfadan por cualquier cosa, como si estuvieran en un ciclo hormonal. Y es que la testosterona tiene efectos en el sistema nervioso central, el que determina cómo sentimos y percibimos las cosas. Esa alteración de los receptores de testosterona se puede manifestar en inapetencia sexual y ánimo decaído (aunque les duela menos la cabeza). ¿Qué quiere decir esto? Pues que ellos también pasan por “esos días”.
Existen diversos estudios al respeto, aunque no se ponen de acuerdo a la hora de concretar la duración del ciclo hormonal masculino. Algunos investigadores señalan que los niveles de testosterona tienden a llegar a su máximo por la mañana y después disminuyen en el transcurso del día; otros piensan que las hormonas masculinas varían con las temporadas; y todavía está por demostrar si aumentan y disminuyen a lo largo de semanas o meses, como les sucede a las mujeres.
Según los especialistas, los niveles de testosterona en el torrente sanguíneo pueden tener variaciones considerables (de 250 a 1,200 nanogramos por decilitro de sangre).
Los estudios científicos apuntan a que los hombres sufren algo similar a las variaciones hormonales que la mujer experimenta durante sus días de menstruación, pero a diferencia de las féminas, su ciclo es de 24 horas. Hormonalmente el hombre se encuentra más activo en el inicio del día (así que la mañanita es el momento de aprovechar para hacer los deberes…ahora me lo explico todo).
En cuanto a la variación hormonal por temporadas, en un estudio del 2003, realizado en un pueblo de Noruega, se descubrió que los niveles de testosterona en los hombres disminuían considerablemente en verano (contrariamente a lo que podríamos pensar) y llegaban a su máximo a finales de otoño (el invierno es el mejor momento para aparearse). Este hecho podría deberse a la exposición al sol, al entrenamiento físico del verano o al aumento de peso durante el invierno.
Por su parte, el endocrinólogo Peter Cele, de la Universidad Comenius, en Eslovaquia, argumenta que los hombres también tienen un ciclo hormonal mensual. En su estudio, publicado en 2002, señala que tanto hombres como mujeres viven ritmos lunares de testosterona similares(no somos tan diferentes).
Muchas situaciones como el exceso de trabajo, una pérdida, un accidente grave o cualquier otro factor que genere un estrés alto impactan directamente en la producción de testosterona(o el natural envejecimiento). Pues bien, lo que sí está claro es que la baja producción de testosterona provoca en ellos el Síndrome de Irritabilidad Masculina, que altera considerablemente su estado de ánimo. Las características más comunes de este Síndrome son la angustia, frustración, hipersensibilidad emocional, exasperación, culpabilidad, insatisfacción y disminución de libido. Este Síndrome es mucho más notorio durante la andropausia (la menopausia de los tíos, vamos).
Un último dato curioso, aún existe otro ciclo hormonal de los hombres, que yo llamaría el “Speedy González”. Se trata del ciclo extracorto. Tiene entre 6 y 7 picos al día y pequeños cambios que ocurren cada 15 o 20 minutos (una exageración de producción). Es una singular fase de corto plazo que los especialistas llaman «Síndrome del Minuto de Testosterona» (SMT). Se descubrió tras realizar una amplia investigación en la que trascendió que los hombres fantasean acerca del sexo de tres a cuatro veces por hora (y no están enfermos). Eso significa que, si eres hombre, no pienses que tienes la mente sucia, son simples descargas hormonales en tu sangre cada cuarto de hora, que concuerdan con el hecho de que tus pensamientos sexuales tienen su apogeo cuatro veces en 60 minutos. De ahí que nosotras digamos que siempre estáis pensando en lo mismo (y, como es habitual, tenemos razón).
Total, que hombres y mujeres, mujeres y hombres, no somos tan diferentes. ¿Qué opináis querid@s?
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