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La faloteca de Siggi está en pleno centro de Reykiavik, en la calle Laugavegur, el paseo Ahumada de la capital islandesa. En ella podrás observar la colección de penes más completa del planeta con más de 280 ejemplares pertenecientes a 91 especies diferentes.
Este peculiar museo nació en el verano de 1997. La exposición se inauguró con 62 piezas recompiladas por Sigurdur Hjartarson, profesor de Historia, de español , maestro en literatura hispanoamericana por la Universidad de Edimburgo y dueño de esta curiosa colección.
Siggi, para los que le conocen, se proclama el primer falólogo científico. Sabe más que nadie de las partes que componen un pene y de cómo se comportan. Y es que colecciona penes desde muy joven. Todo comenzó cuando los padres de un alumno le regalaron una fusta hecha con el falo de un toro. Con el tiempo su colección fue aumentando, ya que su fama traspasó las fronteras de su pueblo y gente de todas partes contribuía con sus aportaciones. Más de doscientos miembros de ballenas (en las balleneras le consiguieron penes de la minke, de la azul, de la jorobada, de delfines y orcas), osos polares, morsas, focas, armiños, ciervos, caballos, perros, hámster, miembros de elefantes, jirafas, el molde de tres penes humanos y los modelos metálicos de los penes de todo el equipo olímpico islandés de balonmano.
Además de esos penes realistas, en la faloteca puedes encontrar representaciones de los penes de criaturas folclóricas como elfos, trolls y monstruos marinos o recreaciones humorísticas de lo que serían los falos de personajes famosos como Hitler o Einstein.
La colección incluye también el pene real de su amigo, Pall Aronson, conservado en un frasco de formol. Aronson, que en el pueblo tenía fama de mujeriego, murió a los 95 años y donó su pene al museo con lo que Siggi consiguió tener en la colección el pene de cada mamífero autóctono de Islandia después de 50 años.
Sigurdur Hjartarson no cree que el hecho de coleccionar penes lo convierta en alguien loco o extraño. En Islandia no resulta tan chocante ya que los penes de los animales nunca se tiran, se cuelgan, se secan y se utilizan como aperos. Gracias a su afición además ha descubierto numerosas curiosidades a nivel científico sobre el pene.
Por ejemplo, que el tamaño del pene de los mamíferos es muy diferente y contradictorio. El de un gorila adulto, es de unos cuatro centímetros, mientras que el de un chimpancé cuyo cuerpo es mucho más pequeño, mide el doble que el del gorila; el mamífero que lo tiene más grande es el cachalote (casi dos metros y pesa 70 kilos) y el más pequeño es el de la musaraña y el del murciélago moscardón (dos milímetros, tiene que ser visto con una lupa). Sin embargo, el pene más grande con relación al tamaño del cuerpo, lo tiene el percebe, cuyo pene mide cuarenta veces la longitud total de su cuerpo… Otra curiosidad es que el pene de los delfines lo usan como un radar para medir la profundidad de las aguas donde se encuentran, o que los marsupiales poseen un pene doble, separado en dos columnas, que hace que termine en dos puntas.
Y como no puede ser de otro modo, os dejamos unas imágenes de algunas de las piezas de este curioso museo, aunque lo mejor sería visitarlo. ¿Os animáis querid@s?
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