Hace unos días dio comienzo un nuevo curso escolar. Los niños estaban nerviosos ante la expectativa de una nueva clase, encontrarse con viejos amigos, algún nuevo compañero, profesores…Mientras, los padres, hacían acopio de libros, material escolar, uniformes y organizaban sus vidas entorno a los nuevos horarios.
Los demás mortales, tengamos hijos o no, tendremos que adaptarnos también al nuevo curso. Debemos salir antes de casa para ir al trabajo y no encontrarnos con los monumentales atascos que provocan los cientos de coches de los padres que quieren dejar a sus niños en la misma puerta del colegio. Y a la salida lo mismo, armarnos de paciencia para no morder a nadie a mediodía con el hambre que llevamos. Sigue leyendo