A todas nos ha pasado alguna vez eso de tener que echar mano de las “mentiras piadosas”. Pero ojo, que una cosa es mentir, otra es mentir piadosamente y otra bien distinta es contar las verdades a medias.
Mentir está muy feo, mentir piadosamente es un acto de bondad hacia el prójimo y contar las verdades a medias es ayudar al otro a que su vida sea más emocionante y llena de intriga. Ahora cada una que lo interprete a su manera y lo utilice según le convenga.
Hay mentiras que ya se sabe que lo son por lo mucho que se repiten. Acordaos de cuando ibais al médico y os tenía que poner una inyección: “Tranquila, no te va a doler.” (Esta además es una de esas mentiras que tendrá otra “primera vez”, pero con otro tipo de inyección, ya me entendéis). Sigue leyendo