Archivo de la etiqueta: cocina

MIGAS AL REVÉS

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

pintitHace ya unos fines de semana tuve el placer de asistir a la presentación del libro ”Cocina y gastronomía en el Cádiz de las Cortes” del algecireño (aunque con doble militancia) Manolo Ruiz Torres, una magnífica incursión por una época que, aunque mitificada, merece un acercamiento cuanto menos como el que realiza nuestro amigo Manolo, que no sé qué hace mejor, si comer o escribir. Y, además, contamos (no es plural mayestático, es que fui con mis hijas Marta y Rebeca y con mi hermano Javi) con el placer de degustar algunos de los platos de la época. Curiosamente, uno de ellos se corresponde con algo que quiero preparar, aunque con ligeras variantes; allí se nos obsequió con unos ostiones en un rebozado tradicional y yo quiero prepararlos en tempura y menos tiempo en el aceite. Además, creo que el macerado previo en limón que le dieron no ayudaba en nada, pero eso es opinable, obviamente. Sigue leyendo

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

VENTRESCA DE ATÚN AL HORNO

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Cuando en más de una ocasión preparo algún platillo o platazo, siempre hay algún avispado que suelta aquello de “claro, con lo que le has echado”, sin pararse a pensar que no es lo que se le echa, sino cómo se combinan, realzan y valoran los ingredientes lo que da sabor y arte al plato, no los ingredientes en sí mismos.

Con el plato de hoy pasa lo mismo. Es tan exquisito que, en sí mismo es un lujo asiático, dicho sea con propiedad. Y si no, acercaos por cualquier restaurante de Japón y preguntad, preguntad… Y todo empezó hace ya unos días cuando me invitaron a un restaurante que va a abrir y que creo que va a ser un placer a disfrutar (ya hablaremos, ya) en Los Barrios. Allí me encontré a un selecto grupo de amigos y a un no menos selecto elenco de maravillas emplatadas, entre ellas una ventresca de quitar “lah tapaerah del sentío” Sigue leyendo

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Casi carpaccio de corzo

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Como nos vamos aproximando a una época en la que queda bien eso del cuchareo y el guisote, voy a hablar de un plato de caza pero a medias,- un sí es-no es-, porque la carne de corzo, aun siendo de monte es de lo más fino que en el monte nos podemos encontrar, salvo una pija de Madrid que se perdió por Jimena hace un año o dos y que todavía sigue por allí.
La cuestión es que no tiene el sabor tan acusado, tan peculiar y a veces desagradable, que tienen los venados, jabalíes o Inspectores de Hacienda que habitan nuestros campos patrios, pero a la vez está dotado de un aroma peculiar y de una delicadeza que no le va a la zaga. Sigue leyendo

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Txangurro con ínfulas

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Para empezar he de reconocer que la receta no se llama así. De hecho es a la donostiarra, pero es mi columna y o jugamos así o me llevo la pelota.

Txangurro no es realmente un bichito marino, sino más bien una preparación entre varias opciones, a cuál más apetitosa. A mí, personal y ontológicamente, me gusta más con centollo, pero veremos (y ojalá catemos) que en la variedad está el gusto.

Para empezar, cogemos el centollo, que tiene dos variedades, a saber: macho o hembra (son pocos los casos documentados de hermafroditismo entre la población centolleril) y cada uno tiene sus ventajas. Si tenemos a una linda hembra de centollo podremos apreciar uno de los más ricos manjares con que nos puede obsequiar nuestra naturaleza: las huevas de centolla. Si, por el contrario tenemos un ejemplar macho, apreciaremos sobre todas las cosas la carne de las pinzas, que serán mayores cuanto más chulo sea el finado bicho. Procedemos al ritual de la cocción, acompañado de la suficiente sal como para sacarlo sabroso, pero sin pasarnos (si le faltan patas, es mejor cerrar el boquete con miga de pan o papel de aluminio para evitar la pérdida de la carne). Sigue leyendo

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Boquerones rellenos

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Se puede decir que uno no es verdaderamente hombre (miembro o miembra de la raza humana) hasta que no ha probado, pero probado de verdad, los boquerones rellenos. De hecho, es de esos platos con los que uno está dispuesto a defender el honor de la familia (podemos afirmar que la tríadacapitalina del honor la componen los boquerones rellenos, las croquetas y las albóndigas) en duelo a primera sangre en la tapia del cementerio más cercano.

Eso sí, debemos tener en cuenta siempre que en el boquerón los opérculos branquiales se proyectan sobre la epibranquias y que la pseudobranquia es algo mayor que el ojo y alcanza la parte inferior del opérculo branquial. No sé para qué, pero no creo que debamos olvidarlo nunca. Sigue leyendo

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

Moruna de sardinas

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone

tayin de pescadoEn estos días de minimalismos, conceptos deconstruidos y comidas diseñadas a veces por nuestro peor enemigo, creo que no viene mal volver a nuestros orígenes o, al menos, a alguno de nuestros orígenes. Que en nuestro caso nos hace mirar un poco más allá de esa lengua de mar a la que llamamos Estrecho de Gibraltar y recordar (al menos en mi caso) cositas que engullíamos en nuestra niñez/adolescencia.

Y es que hace poco tuve la ocasión de charlar sobre la Gastronomía de nuestra comarca en un agradable Foro y, por lógica, hube de documentarme para soltar paridas mínimamente fundamentadas. En este buceo de documentación (en realidad de páginas y páginas de internet) topéme con un plato que ya apenas recordaba y que me hizo reafirmarme en mi tesis de que por aquí, por estos pagos, la mejor cocina ha sido la de chiringuito. Pero de cuando se comía bien en los chiringuitos de toda la vida en esas playas familiares que hasta hace poco disfrutábamos. Es decir, nada de congelados ni envasados, menos petróleo en los pies y muchas tortillas de papas, pimientos fritos, caracoles, jurelitos fritos y… moruna de sardinas. Sigue leyendo

Si te gusta comparte...Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail to someone