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Ya que se ha puesto de moda el tema del erotismo en la literatura y en el cine con la irrupción de Cincuenta sombras de Grey, vamos a abordarlo pero desde otro arte centenario: la fotografía.
Muchas son las imágenes de desnudos que circulan hoy en día realizadas por artistas de todos los medios. Y es que la fotografía del desnudo ha cautivado a artistas, teóricos y consumidores desde hace más de 150 años.
Los desnudos siempre generaron mucha curiosidad en los humanos. Antiguamente con la representación en esculturas como La Venus de Milo o el David de Miguel Ángel. Antes de 1839, las representaciones del desnudo se producían mediante dibujos, pinturas y grabados a los que les faltaba el detalle y la veracidad que aportan las imágenes desde el objetivo de una cámara.
Los primeros pasos en este nuevo arte los dio Lois Jackes Daguerre en 1839, inventor del daguerrotipo, que precisamente retrataba esculturas de figuras desnudas. En el París de principios del siglo XIX las primeras modelos en posar sin ropa solían ser prostitutas porque eran las únicas mujeres que aceptaban y vendían su imagen a cambio de dinero.
Se forjó un mercado en el que los más pudientes se hacían con esas fotografías, que se vendían en la clandestinidad a precios elevadísimos, en las que las jóvenes aparecían en poses clásicas, a imagen de las esculturas o las pinturas, ya que era lo que tenían como precedente. Unos años más tarde el mercado ya era amplio y convirtieron esas imágenes en legales al venderse como piezas de estudio científico anatómico.
En 1850 con la impresión en papel conseguían satisfacer la demanda de un mercado cada vez más amplio. A finales del S. XIX emerge la fotografía antropológica con la que captaban imágenes de mujeres de diversas razas con el fin de clasificar y catalogar a los seres humanos. Por otra parte, circulaban también fotografías pornográficas, muy extendidas en el mercado negro europeo y fotografías eróticas artísticas. Éstas últimas surgieron por el interés de algunos pintores en la fotografía con el fin de formar una nueva disciplina artística.
Ya en el S.XX el nacimiento de las revistas permitió el desarrollo estético de las fotografías eróticas que sumado a la aparición del color y al movimiento Pin-up, supuso un cambio de rumbo. En 1953 se publica la revista Playboy cuyas portadas fueron las mejor pagadas de la historia, aunque para muchas esferas de la sociedad las imágenes rozaban lo pornográfico.
Mientras esto sucedía la corriente artística se desvinculaba de este tipo de publicaciones acercándose más a la narrativa de la imagen, contando historias con los cuerpos y alcanzando una elaboración conceptual elevada e intelectualmente muy valiosa. Se produce así el desarrollo estético de las fotografías eróticas, que ahora eran presentadas como imágenes artísticas.
En la actualidad, los fotógrafos cuentan con múltiples herramientas digitales que permiten realizar retoques en la iluminación, el color y el perfeccionamiento de la imagen.
Y si estáis interesados en profundizar más en el tema, ya que la fotografía erótica desde tiempos lejanos siempre generó curiosidad, sea por deleite visual, por apreciar la construcción artística o por simple placer, podéis ver el libro de la editorial Taschen Benedikt “1.000 desnudos” , en el que repasa la edad más temprana de la industria de la fotografía erótica, desde su nacimiento en 1839, pasando por géneros que van desde el surrealismo a la pornografía. Este compendio de imágenes provienen de la colección de Uwe Scheid, un prominente coleccionista de obras de arte eróticas y miembro de la Sociedad Alemana de Fotografía y coautor del libro junto al también alemán Hans-Michael Koetzle.
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