Recuerdo en mis años mozos, que en el grupo de gente con el que salía, había una pareja un tanto peculiar, ella era muy guapa, él no tanto, ella sensible y tímida, el de fuerte personalidad.
«Esa camisa no te queda bien, sube a cambiarte. Ese pantalon de hace mucho culo no me gusta ¿Vas a comerte también las patatas? Te estás poniendo mas gorda, sabes que no me gustan las gordas, allá tu». Estas son algunas de las perlas que él le dedicaba constantemente y si alguno le contestabamos ante la pasividad de ella, su actitud era arremeter con mas fuerza contra su victima. Sigue leyendo