¡A mí que no me coman el sushi!

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Ahora se ha puesto de moda hacer cenas un tanto especiales, ya no nos basta con el placer de comer en buena compañía, ahora se utilizan medios diferentes, buscando sensaciones nuevas para hacer de ello una experiencia “religiosa”. Recuerdo perfectamente en la serie “Sexo en Nueva York”, cómo se quedaba Samantha Jones gran parte de la noche esperando que su hombre llegara a casa y le comiera el sushi. Sushi que había ella previamente preparado con esmero (aún sin gustarle cocinar), y presentado sobre su impoluto cuerpo, con una paciencia tremenda. Había estado mucho tiempo tendida sobre una fría encimera sin mover un ápice de su cuerpo cubierto de exquisiteces japonesas, esperando ver la cara de él y cómo le subiría “el ánimo” al verla.

No me veo yo en esa tesitura la verdad, no tengo ni la paciencia ni las ganas (con lo friolera que soy). Sin embargo, ¿A quién no le gusta que le preparen una fantástica cena romántica con final feliz? A mi si, desde luego. Por supuesto que lo suyo es utilizar la imaginación, pero vamos a ser lógicos, no hace falta tanto sacrificio, las cosas más sencillas son las mejores. Para una cena romántico-íntima, lo mejor es hacerla en casa, y lo siguiente mejor es que te sorprendan a ti, pero si eres tú, el o la que quiere sorprender, quizás te venga bien tener estas cosillas en cuenta:

Ponte guap@, con ropa cómoda pero sugerente, no descuides tu ropa interior, un poco de perfume y tu mejor sonrisa (ojo con esto a los hombres, soléis pecar por defecto en lo primero y por exceso en lo segundo, el perfume en grandes cantidades no embriaga, marea (la mezcla de gel, desodorante y tres litros de perfume no marea, mata)

enparejEn cuanto a la comida, unos platos para picar tipo canapés que permitan servirlos a la vez es lo suyo, por aquello de no andar levantándote de la mesa constantemente. Imprescindible un buen vino, y por supuesto un postre especial, infórmate de qué es lo que más le gusta a tu pareja y si no sabes hacerlo, cómpralo, el caso es sorprenderl@. No exageres en la cantidad de comida y no pongas nada demasiado pesado, o acabaréis embotados y adormilados.

El ambiente también es importante, ya sabes, luces tenues, música acorde no demasiado alta, y unas velitas… y si tienes chimenea, prepara la mesa mas cercana a ella, la de centro, pon unos cojines alrededor para sentaros. Por cierto, fuera tele y sobretodo fuera móvil, aunque si la cosa va como tiene que ir ni te acordarás de el. Cuidado con la conversación, evita temas que puedan llevar a situaciones incómodas (chicas, fuera reproches), si no eres de “pico fácil”, prepárate un par de temitas recurrentes que os hagan reir. La risa es importante, relaja tensiones y produce atractivo en las personas.

Un detalle; a la hora del postre, pídele que te deje vendarle los ojos, dáselo a probar tu, juega un poco, y entre chocolate, fresa y chocolate… ya sabes. Para los atrevid@s, sugiero preparar un streap tease; si, he dicho bien, una música que te haga mover el cuerpo y adelante, sin pudor y con mucho sentido del humor, a tu pareja le encantará.

Ah, se me olvidaba, como hemos dicho que será una noche de sorpresas, prepara previamente el champagne o cava (Freixenet por favor, por aquello de “Por los próximos 100 años juntos” ya me entendéis) en una cubitera con bastante hielo…Imagen-1… junto a una preciosa y enorme cama blanca con pétalos de rosa, y en la mesita de noche juguetitos (al gusto), velas aromáticas y un pequeño cuenco lleno de conguitos.

(Pd. Lo de los conguitos os lo cuento otro día)


marlene dietrichMarlene Diechic

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